Ahora es el momento de reafirmar tu identidad judía con más orgullo y alegría.
Hoy en día ser judío se ha vuelto mucho más difícil. A medida que el antisemitismo aumenta en todo el mundo, también lo hace el nivel de locura. Vivimos en un mundo donde una masacre de judíos inocentes se llama «resistencia» y, parafraseando a Bari Weiss, un cántico genocida se etiqueta como un «llamado a la libertad» y una guerra justa de autodefensa se llama «genocidio».
Este es el momento de reafirmar tu identidad judía, con mayor orgullo y alegría. ¿Qué amas de ser judío? Exprésalo, celébralo y vívelo. Aquí están las 10 cosas que más amo, sin un orden en particular.
1. El pueblo judío es una gran familia
Dondequiera que vayamos alrededor del mundo, sentimos esa conexión instantánea cuando nos encontramos con otro judío. Y ser parte de una gran familia global significa que cada uno tiene una red internacional de personas que genuinamente se preocupan y se ayudarán mutuamente.
«Todos los judíos son responsables los unos de los otros (kol Israel arevim ze la-zé)» (Sanedrín 27b). El Midrash cuenta la historia de un pasajero en un barco que saca un taladro y comienza a perforar un agujero debajo de su asiento. El pasajero que está a su lado ve lo que está haciendo y le dice: «¿Qué demonios estás haciendo?»
El hombre con el taladro responde: «No es de tu incumbencia. Estoy perforando debajo de mi propio asiento».
Estamos todos en el mismo barco. Cada judío es mi responsabilidad; somos diferentes partes de un todo orgánico.
2. Estudiar la Torá
El pueblo judío recibió de Dios el manual de instrucciones para vivir, el plano del universo cuya sabiduría y valores han cambiado el mundo. Tenemos el privilegio de sumergirnos en sus profundidades infinitas y refinarnos a nosotros mismos al envolver nuestras mentes enla fuente de la Verdad que trasciende este mundo.
3. El Shabat
Un día a la semana nos desconectamos del ruido incesante y del trabajo arduo del ‘hacer’ para volver a enfocarnos simplemente en ‘ser’. El Shabat nos trae paz interior y nos ofrece una oportunidad semanal para conectarnos y relacionarnos con la familia, los amigos y Dios.
4. Ser judío significa ser revolucionario
Desde nuestro patriarca Abraham, quien se opuso a toda la civilización politeísta y trajo el monoteísmo al mundo, los judíos somos parte de un movimiento revolucionario encargado de cambiar el mundo. Con la misión nacional de ser una luz para las naciones, cada judío puede liderar con el ejemplo y la acción. Somos socios de Dios en la reparación del mundo.5. Somos parte de una cadena histórica que desafía todas las probabilidades
Los judíos somos una de las naciones más antiguas del mundo y de acuerdo con las leyes naturales, deberíamos haber dejado de existir. Hemos sobrevivido a pesar de haber sido exiliados de nuestra tierra (¡dos veces!), dispersados por el mundo y perseguidos con gransaña. Esta pequeña nación milagrosamente regresó a su tierra natal, revivió su lengua y está dejando una huella en el mundo que supera con mucho su número.
Como escribió Leo Nikolaivitch Tolstoy en 1908:
«El judío es el emblema de la eternidad. Aquel a quien ni la matanza ni la tortura de miles de años pudieron destruir, a quien ni el fuego, ni la espada, ni la Inquisición pudieron borrar de la faz de la tierra. Aquel que fue el primero en producir los Oráculos de Dios. Aquel que ha sido durante tanto tiempo el Guardián de la Profecía y la ha transmitido al resto del mundo. Tal nación no puede ser destruida. El judío es tan eterno como la Eternidad misma.»
Cada judío es parte de esta cadena eterna que incluye a luminarias como Abraham, Moshé, Rabí Akiva, Maimónides, Rashi, el Gaón de Vilna… Somos el eslabón actual de la cadena; estamos escribiendo nuestro capítulo de la continua historia judía.6. Visión revolucionaria sobre las mujeres
Cuando la civilización antigua degradaba a las mujeres, viéndolas esencialmente como una propiedad, la Torá les dio plena protección de sus derechos en el matrimonio, obligando al esposo a honrar y cuidar a su esposa. El respeto por las fortalezas internas de las mujeres –profunda percepción, espiritualidad y destreza intelectual, compromiso firme con la visión moral del judaísmo– es evidente en muchos relatos bíblicos de mujeres judías. «En mérito de las mujeres justas, el pueblo judío fue redimido de Egipto,» (Talmud, Sotá, 11b).7. La familia judía
Los héroes del pueblo judío son las generaciones de padres y madres comprometidos que asumieron la tarea sagrada de crear un hogar vibrante y amoroso e inculcar los valores judíos a sus hijos. En el judaísmo el papel más central lo tiene el hogar, no la sinagoga. La vida judía se construye alrededor de la familia que se reúne para comer, para aprender, para celebrar, para lamentar y, lo más importante, para transmitir la antorcha de nuestro patrimonio compartido a la siguiente generación.
8. Conciencia de DiosEl judaísmo fomenta la conciencia de que Dios está activamente involucrado en todo. No hay accidentes; todo lo que nos sucede tiene un propósito y es para nuestro bien. Podemos sentirnos seguros sabiendo que estamos envueltos en el abrazo amoroso de Dios.
9. Disfrutar del mundo físico
Los judíos no somos ascetas. Vivir una vida judía requiere una inmersión total en el mundo. El desafío es usar lo físico como medio para un fin, elevándolo hacia lo espiritual, y no dejar que lo físico tome el control sobre ti. Así que disfruta ese helado de vainilla. El Talmud enseña que en el Mundo Venidero, el Todopoderoso nos reprenderá por no disfrutar de cualquier placer permitido que haya estado disponible. (Talmud de Jerusalem, Kidushin)
10. La acción es lo más importanteAunque los sentimientos y la intención son obviamente importantes en todo lo que hacemos, la Torá se preocupa más por la acción. Haz la mitzvá, el mandamiento, incluso si tu corazón no está en ello. Ser bueno es demasiado importante para depender de esos raros momentos de inspiración y pura motivación. Es por eso que el término judío para la caridad es «tzedaká,» que proviene de la raíz hebrea «tzedek,» justicia. La palabra «caridad» proviene del latín «caritas»–afecto, cariño, ya que la caridad connota un acto de bondad que proviene del amor y la preocupación.
La tzedaká no depende de los sentimientos de amor para que se active. Haz lo justo ycorrecto y escribe ese cheque. Y al obligarte a hacer lo correcto, es probable que tus sentimientos se involucren en la acción.
Editado: Noticias Periódico UNO