LOS EVANGELICOS SE REUNEN CON EL MINISTERIO DEL INTERIOR TRAS LA POLEMICA DE LOS JUEGOS OLIMPICOS

“Jesús invita a todos nuestros contemporáneos a su mesa y ofrece verdadera reconciliación, identidad y pertenencia”, afirma Erwan Cloarec, presidente de la CNEF, al tiempo que reconoce los “sentimientos heridos” de muchos creyentes.

El pastor bautista Erwan Cloarec se ha reunido este 30 de julio con representantes del gobierno para expresar el sentir de los cristianos evangélicos ante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, que suscitó polémica al incluir escenas que parecían burlarse de la fe cristiana.

El Consejo Nacional de Evangélicos de Francia (CNEF, por sus siglas en francés), del que Cloarec es presidente, se ha reunido con la responsable de la Oficina Central de Confesiones Religiosas en la sede del Ministerio del Interior.

El pastor Cloarec ha pedido a Juliette Prat “que transmita oficialmente al Ministro del Interior nuestro apego a una laicitéque dé cabida a todos y nuestra petición de que el Estado garantice que todos, creyentes o no, serán respetados en sus convicciones esenciales dentro de una República que quiere unir a las personas”.

Muchos se sintieron “profundamente heridos” por la “humillante parodia”

En un comunicado, el CNEF ha indicado que ha recibido numerosos mensajes “de Francia y de fuera de Francia”, que “expresan el sentimiento de estar profundamente heridos, en particular por lo que se percibía como una parodia humillante de la Última Cena o la promoción de una propaganda ideológica divisionista”.

El CNEF afirma que “acepta las disculpas” del comité organizador de París 2024 y “toma nota” de las palabras de Thomas Jolly, director artístico de la ceremonia de apertura, que negó cualquier intención de denigrar el cristianismo.

Francia no es una sociedad cristiana, siguiendo el ejemplo de Pablo

El organismo que representa a unos 745.000 cristianos evangélicos, una minoría de fe creciente en Francia, ha analizado el caso afirmando que los creyentes “no deben sorprenderse de que la sociedad que nos rodea no sea cristiana.

“El apóstol Pedro nos exhorta a vivir nuestra condición cristiana como personas de paso por el mundo. Y el propio Jesús advierte a sus discípulos: ‘Mi reino no es de este mundo’. Pero es precisamente en este mundo, marcado por el paganismo como hace 2000 años, donde estamos llamados a ser sus testigos, de palabra y de obra”, dicen.

El CNEF anima a sus compañeros cristianos evangélicos y a las iglesias a “tender puentes con nuestra cultura” y a seguir el ejemplo del apóstol Pablo que, “aunque exasperado por los muchos ídolos que llenaban Atenas, hablaba a sus contemporáneos todos los días en la plaza pública”. Un constante “diálogo con la cultura de hoy” debe darse “en toda ocasión, sea favorable o desfavorable”.

Iniciativas de las Iglesias durante los Juegos Olímpicos de París

Cloarec menciona a continuación el esfuerzo conjunto de iglesias y organizaciones evangélicas durante los Juegos Olímpicos en torno al proyecto Ensemble 2024 en muchas ciudades, “una oportunidad para que los cristianos compartan de palabra y obra el Evangelio que les inspira”.

Los cristianos también están distribuyendo miles de ejemplares del Nuevo Testamento y compartiendo peticiones diarias de oración a través de una plataforma mundial. Ministerios de radiodifusión y otras iniciativas tratan de conectar la fe cristiana con las competiciones deportivas.

Varios atletas también están expresando públicamente su fe cristiana, a pesar de las estrictas normas sobre el uso de símbolos religiosos durante los juegos.

“Veamos la situación que se ha creado como una verdadera oportunidad para dar testimonio de nuestra fe, cuando la persona de Cristo acaba de ser colocada en el centro de estos juegos”, escribe el presidente del CNEF.

Cloarec termina sus comentarios diciendo: “Escuchemos los gritos del corazón y la necesidad de reconciliación de nuestros contemporáneos, su búsqueda de identidad y pertenencia. Ellos claman en una sociedad pluralista; mostrémosles cómo clamar más fuerte a aquel que invita a todos a su mesa y ofrece la verdadera reconciliación, la verdadera identidad y la verdadera pertenencia”.

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