Parece que había DNU para todo.
Parece que el DNU tiene el poder increíble de hacer temblar todas las estructuras políticas y socio económicas, más que cualquier otro instrumento del Poder Ejecutivo.
Parece que el presi Milei decidió poner por obra lo anunciado en campaña y el DNU fue la herramienta escogida.
Creo percibir un elemento muy importante alrededor de este crucial momento político que vivimos. Incluso forma parte del nombre de lo que estoy analizando.
Pienso que para entender todo el impacto ocasionado es preciso mirar la palabra “ urgencia” , porque ignorarla nos impide captar la fuerza imperativa de lo pretendido por el nuevo gobierno.
Describo lo que interpreto:
Los desafíos que Milei explicó en campaña estaban más relacionados con un cambio cultural que con cualquier otro. El presidente habló de regresar a los valores fundamentales de nuestra civilización occidental: libertad, trabajo, propiedad privada y progreso integral.
Hay una carga muy espiritual en el DNU. No sólo por la innovación a las fuerzas del cielo, sino a los apasionados llamados a volver a “ser felices” mediante el cambio radical en el estilo de vida que el gobierno nos propone. Este es un gobierno que emociona, sin dudas.
El DNU presentado es un rugido feroz y fuerte que anuncia un enojo total hacia la casta política que, en la visión de Milei, es la causante del Estado deplorable generalizado del país. Es el grito rebelde a lo de siempre por parte de los libertarios. Representa un hastío hacia una forma de hacer las cosas.
La urgencia del DNU es la frase de que es YA la necesidad del cambio de rumbo. Milei nos dice que no podemos seguir caminando en este camino, he intenta convencer a la sociedad que el cruce del Mar Rojo será difícil, pero que avancemos que la orilla no está tan lejos.
Veo que el DNU expone como nunca y con toda claridad a los que no quieren el cambio de modelo de país. Inentendible la reacción desde la cúpula gremial, de muchos referentes de la oposición, de parte del periodismo, y otros, que insisten en mantener el status quo empobrecedor de las últimas décadas.
La urgencia es sobre todo moral. Casi, hemos incorporado como parte “normal” de nuestra cosmovisión nacional elementos nefastos como la impunidad, la corrupción, la desidia, la falta de respeto a los símbolos patrios, un sistema educativo ineficiente, por nombrar algunos.
Claro que el DNU en lo formal puede ser modificado si hace falta. De hecho, creo que es lo que sucederá para que corra en los caminos parlamentarios que corresponda. Pero bajo ningún punto de vista debe ser entendido como un intento de asalto a las instituciones de la República. Lo digo de nuevo, el DNU es un grito de alerta y que pretende señalar un rumbo que nos devuelva la esperanza.
Considero necios a los que intentan convencer a la ciudadanía que los males del presente son resultado del nuevo gobierno. Nada más lejos de la verdad. Se heredó un desastre, sus autores políticos se evaporaron y el pueblo sufre el brutal descubrimiento de que por años vivieron bajo el poder de un relato perverso. Y Milei nos lo dijo, lo anticipó con toda claridad.
También se evidencian los liderazgos que el momento amerita. Gente apasionada, que ama la Patria, que levanta la voz para que se escuche la verdad y se calle la mentira. A los cobardes que no quieren pagar el precio de ser relevantes, les sugiero un viaje de nunca regreso fuera del país. O al menos que se pongan a un costado y dejen que hagamos lo que tenemos que hacer para salvar a nuestra amada Argentina.
Por último, el DNU no es relato. Su contenido describe una ruta escarpada, difícil y desagradable. Sufrirán un poco más lo que más sufren siempre, pero, si hay solidaridad y paciencia podremos avanzar juntos como país.
El DNU describe la verdad, y está escrito, que la verdad libera.
Viva la libertad!!!
Fuente: Marcelo Javier Diaz
