El economista libertario Javier Milei juró ayer domingo “por Dios y por la patria, sobre estos santos evangelios” como nuevo presidente de Argentina en el Congreso de la Nación, en Buenos Aires. Posteriormente, recibió la banda y el bastón presidenciales de manos del mandatario saliente, Alberto Fernández, quien le estrechó la mano y dijo unas breves palabras, tras lo cual salió del recinto. Tras el juramento de Milei como nuevo mandatario, la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, hizo lo propio, momento en el que Cristina Fernández dejó la Asamblea Legislativa en manos de su sucesora.
En el interior del Congreso, se encontraba la amplia delegación de representantes internacionales invitados a la ceremonia. El rey Felipe VI de España, quien llegó el sábado, se sentó junto a los presidentes de Paraguay, Santiago Peña, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou
El nuevo presidente de Argentina apeló al judaísmo en su discurso ante la ciudadanía tras jurar el cargo que ejercerá por el período 2023-2027, al indicar que prefiere como en la Fiesta de Janucá sacar a la luz la “verdad incómoda” respecto al ajuste que aplicará y tras el cual está seguro de que el país saldrá adelante. El nuevo presidente describió una “situación crítica y de emergencia”, no sólo por una economía al borde de la hiperinflación sino en todas “las esferas”, y dijo que no hay “alternativas” más que un fuerte ajuste y de ‘shock’, lo que supondrá un sacrificio para la población.
También mencionó la revuelta de los macabeos, ocurrida en torno al año 160 a.C. como “símbolo del triunfo de los débiles sobre los poderosos.
Ceremonia interreligiosa con presencia evangélica
En la tarde del domingo, en el marco de los actos por el inicio del nuevo Gobierno, Javier Milei asistió a un acto interreligioso en la Catedral de Buenos Aires, junto a algunos de los funcionarios de su Gabinete. En este acto insólito en la toma de posesión de un presidente argentino, hubo diferentes invocaciones por parte los líderes religiosos de distintos credos, en búsqueda del apoyo de la fe para los primeros y seguramente difíciles momentos que le aguardan en la gestión del país.
Fue presidido por el arzobispo católico García Cuerva, acompañado por el arzobispo griego, Iosif Bosch; el obispo anglicano, Brian Williams; el representante de ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina) pastor Christian Hooft; el rabino Shimon Axel Wahnish y Sheij Salim Delgado Dassum, representante de la comunidad islámica. Cada uno de ellos se expresó en el altar y frente al jefe de Estado, que se sentó solo y pasó casi toda la ceremonia apoyado sobre el bastón de mando.
García Cuerva citó tres cimientos indispensables cara al futuro, la fraternidad, la libertad, y la memoria de los hombres y mujeres que forjaron la Patria desde sus inicios y que cimentaron las bases de la organización nacional, como «la soberanía popular, el sistema representativo, la forma republicana, el federalismo».
El presidente de ACIERA, Christian Hooft hizo una sentida oración. “Nuevamente nos encontramos Señor en un momento crítico, un momento bisagra, a 40 años ininterrumpidos de democracia. Pedimos tu ayuda. Piedad y misericordia por Argentina. No aceptamos la maldición de la pobreza para nuestra nación”, señaló.
Y después continuó: “Nos diste un país de abundancia, pero no hemos sido buenos administradores. Descuidamos el lugar que nos diste entre las naciones. Te rogamos que podamos volver a ser ese país grande y bendecido. Que, como el Ave Fénix, nos levantemos de las cenizas otra vez como tantas que lo hemos hecho”.
“Rogamos por este nuevo gobierno. Que les de la sabiduría, la templanza y la prudencia necesarias para llevar adelante los cambios, para implementar las políticas indispensables para el bienestar de todo nuestro pueblo”, expresó el pastor en el tramo final de la celebración religiosa.
Y finalmente pidió a Dios “perdón, porque te hemos quitado del primer lugar, a vos, que sos el soberano” y rogó “poder volver a ese país próspero y bendecido”. Pidió “menos inflación, salarios dignos, fortalecer la cultura del trabajo” y “volver a creer”.
A su turno, el rabino Wahnish citó los Salmos y le preguntó a Milei: “¿Cuál es su deseo, señor Presidente?”. “Poner de pie a la Argentina, contestó el Presidente desde su atril. “Le voy a pedir a Dios que le conceda algo que él pide desde hace mucho tiempo. El pide sabiduría, templanza y coraje”, culminó el rabino, en un momento de comunicación directa con Milei, con quien luego de la ceremonia se fundiría en un largo abrazo. Durante la tarde, trascendió que el propio Wahnish será propuesto al Senado como próximo embajador en Israel.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL –