Yo diría que en este tema deberían consultarnos a los evangélicos a nivel profesional y pastoral. 

No me resigno a aceptar que temas como el de salud mental de la población, vista desde una perspectiva colectiva y social, pasen desapercibidos para la comunidad evangélica de nuestros países.

Siempre he pensado, y he dicho, que necesitamos un grupo de profesionales cristianos organizado que trabaje con un enfoque cristiano la salud mental y conductual de nuestra población.

Un grupo que pueda tocar esas fibras espirituales profundas a las que veces la ciencia no puede llegar.

Pero que también, al mismo tiempo, contribuya y haga sus aportes a iniciativas como las que se debaten a nivel del Congreso de la República y del Ministerio de Salud Pública dominicanos.

Desde el punto de vista de la misión de la iglesia este es un tema pastoral. El cuidado mental y conductual de la gente es un tema pastoral. La consejería pastoral, cada vez más tendente a nutrirse de los conocimientos de la Psicología y la Psiquiatría, es un recurso que no debe quedar al margen cuando se abordan estos temas a nivel público.

Es más, yo diría que en temas como este a nosotros los evangélicos a nivel profesional y pastoral debería consultársenos.

Pienso que debemos buscar formas de hacernos visibles en estos aspectos, de manera tal que podamos hacer una contribución mayor y más efectiva cuando las fuerzas sociales de nuestro país tocan estos asuntos.

Mi propuesta concreta a nivel nacional es que la Universidad Nacional Evangélica de República Dominicana se aboque a celebrar un Congreso de Psicología, Psiquiatría y Consejería Pastoral del que salga una asociación de profesionales y pastores que como un colectivo trabajen la salud mental y espiritual de nuestra desorientada y angustiada población.

¿Qué dónde están los cuartos para esto? Alguien debe volverse loco y ponerlos o salir a buscar estos chelitos.

Pero a nosotros los evangélicos nos urge penetrar el tejido vivo de nuestra sociedad con la sal curativa del evangelio de Jesucristo y seguir alumbrando la vida de nuestro pueblo con su luz admirable.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL 

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