Los manifestantes toman las calles y denuncian “fraude”, mientras el candidato opositor asegura tener pruebas de haber ganado los comicios. Maduro rompe relaciones con siete países latinoamericanos mientras promete “derrotar a los violentos”.
Maduro se autodeclaró vencedor de las elecciones presidenciales en medio de protestas en las calles y acusaciones fundamentadas de “fraude” por la oposición, así como la negativa de muilrtuitud de pañises a reconocer como legítimas y democráticas las elecciones.
Miles han salido a las calles exigiendo “libertad” y un recuento transparente con caceroladas, y demoliendo en algunas ciudades estatuas del régimen. Las encuestas previas al escrutinio preveían una clara derrota del presidente, así como a boca de urna, sin que se hayan hecho públicas las actas de los centros de votación..
Venezuela vive una profunda crisis económica que ha causado niveles altos de pobreza en muchas familias. Según la agencia de refugiados del país, unos 8 millones han abandonado el país en los últimos años. También hay escasez de medicamentos y necesidades críticas en otros servicios públicos.
Protestas y exigencias internacionales de “transparencia” democrática
La policía ha respondido a las protestas con gases lacrimógenos y detenciones, mientras Maduro aseguraba saber “cómo derrotar a los violentos”. Hay ya 13 personas asesinadas, más de mil encarceladas y una movilización social, a favor o en contra, del actual gobierno que se aferra al poder y descalifica agresivamente a la oposición teniendo al pais al borde de una escalada de violencia que podría desencadenar una guerra civil.
También se han dado reuniones de oración públicas, tanto en Venezuela como en capitales del extranjero.
La oposición dice tener las actas de los resultados que prueban su victoria en las urnas. / Captura de pantalla RTVE
La líder opositora Marcía Corina Machado, aseguró tener pruebas de haber ganado con más de un 70% del voto y explicó que su equipo trabajaba en una web para publicar resultados oficiales por regiones.
La ONU y el Centro Carter, las dos únicas entidades que recibieron permiso como observadores de las elecciones, han pedido la publicación de todos los resultados de las mesas electorales, algo “fundamental” con el fin de garantizar de que el resultado es transparente. António Guterres, secretario general de la ONU, ha pedido “total transparencia”.
Decenas de países han exigido a Venezuela que muestre evidencias de la victoria del Partido Socialista de Maduro. Entre los países latinoamericanos que no han reconocido los resultados están Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica, Perú, Panamá y República Dominicana. El presidente venezolano ha respondido expulsando a su personal diplomático y acusándoles de “fascistas” al servicio de Estados Unidos.
Voces evangélicas venezolanas se suman a las peticiones de transparencia democrática tras la incertidumbre post-electoral. El mexicano Aarón Lara, secretario general del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia (que aglutina a un gran número de líderes espirituales y políticos evangélicos) se ha unido a esta petición; añadiendo que «el actual gobierno se aferra al poder y descalifica agresivamente a la oposición teniendo al pais al borde de una escalada de violencia que podría desencadenar una guerra civil. Oramos a Dios por Venezuela«.
Emigrantes en el resto del mundo han unido su voz a las protestas en redes sociales y en manifestaciones en el extranjero, exigiendo el final de lo que consideran una dictadura comunista. Nicolás Maduro ha dirigido el país desde 2013, tras tomar el relevo de Hugo Chávez, que presidió el país por 14 años.
Los cristianos y Maduro
En un país con un alto porcentaje de cristianos, Nicolás Maduro aseguró durante la celebración de la noche electoral que “el pueblo de Venezuela es un pueblo cristiano. Somos el pueblo de Cristo”. Y añadió: “Quiero agradecer a todo el pueblo cristiano por sus oraciones, por sus bendiciones, por su amor”.
El presidente ha mostrado en varios actos públicos en los últimos años el supuesto apoyo de los pastores evangélicos a su liderazgo, algo que ha sido denunciado como «venderse por un plato de lentejas» por líderes evangélicos venezolanos representativos..
Entidades como el Consejo Evangélica de Venezuela han pedido que “no se politice la fe”. Pastores en el país y el exilio han denunciado en muchas ocasiones el intento del gobierno de usar a líderes eclesiales afines para fortalecer el régimen, con ayudas económicas mediante proyectos como “Iglesia Social” y “Mi iglesia bien equipada”.
La mayoría de evangélicos que han salido de Venezuela en los últimos años a países como Colombia, España, Brasil o EEUU, oran por la caída del régimen. Muchos expresaron este deseo tras las últimas elecciones, en 2019, que también desencadenaron protestas.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL